Hacia una
rebelión fiscal legal en Argentina:
La soja como
medio de pago, unidad de cuenta y reserva de valor
El sector
agropecuario se encuentra ante una inédita sucesión de problemas: estancamiento
en los precios internacionales, altos costos de producción, dólar oficial
retrasado, retenciones y la permanente vocación política por parte del gobierno
de debilitarlo y dividirlo. En este contexto, las últimas lluvias podrían
ayudar a la cosecha de soja. Sin embargo, es necesario remarcar que el mas
beneficiado por ello será el gobierno a través de las retenciones, ya que los
productores apenas minimizarán las perdidas.
¿Cómo evitar que
el gobierno se apropie de ese 35% de la producción, que sistemáticamente usa
para debilitar y provocar al único sector que le ha hecho frente cuando era realmente
difícil hacerlo? Utilizando la próxima cosecha de soja (y los pocos millones de
toneladas retenidas) como moneda o medio de pago interno y así evitar la
exacción inconstitucional del impuesto a las exportaciones o retenciones
decretadas por el Ejecutivo, dado que ello es potestad del Poder Legislativo.
Así, los actores
de la cadena agroindustrial pueden empezar a pensar mecanismos a través de lo
cuales, principalmente en los pueblos pequeños y medianos del interior del país,
se intercambien promesas de pago o pagarés (y se reciban las facturas
correspondientes) respaldados en las toneladas de soja que (como un Banco
Central diseminado) se guardan en los silos y silobolsas. Si bien suena de difícil
implementación, es la manera en que las sociedades han pasado del trueque a una
economía dineraria y, en parte, han evitado en el pasado la confiscación de sus
ingresos por parte de los reyes. En el pasado, la sal, el cacao, el ganado, aceite
de oliva, cerveza o vino, cobre, hierro, diamantes, anillos y cigarrillos han
sido medio de pagos y reserva de valor, hasta llegar a los bienes mas eficientes,
como la plata y, principalmente, el oro.
En la actualidad,
el oro sigue siendo percibido por el mercado como un bien apropiado que cumple
las condiciones de una buena moneda y por ello los Bancos Centrales respaldan
su emisión monetaria en ese metal. Las características de un bien para ser
masivamente aceptado como medio de pago, reserva de valor y unidad de cuenta
son las siguientes: ser un bien escaso, ser fungible, ser fraccionable en
partes iguales, ser fácilmente transportable, ser un bien imperecedero, homogéneo
y poseer una utilidad en si mismo. Podemos ver que el oro posee todas las
condiciones. A su vez, podemos ver que la soja, en menor medida, también las
posee.
Así, para que un
bien sea percibido como un buen medio de pago y reserva de valor debemos
sumarle otra característica: la confianza que genera entre las personas. Esa
confianza ha sido construida dentro del sector agropecuario a lo largo de 2008.
Paso seguido, esa confianza puede ahora expresarse en la soja como medio de
pago. A su vez, al expresar confianza en la soja como medio de pago, la
sociedad civil del interior del país estará expresando su desconfianza en el
gobierno como tenedor de un bien, el peso, y de una política, las retenciones,
que van en contra del bien común.
Es importante
notar que recurrir a la soja como medio de pago, reserva de valor y unidad de
cuenta es una forma legal de rebelión fiscal. La medida es compleja pero tiene
muchas ventajas: fortalece y profundiza la confianza entre las personas
agredidas por el aparato estatal, evita otra forma de confiscación que supone
el tipo de cambio oficial, evita el injusto e inconstitucional impuesto a las exportaciones
y da impulso a una economía que se ha
desacelerado profundamente en los últimos meses. A su vez, como mencionamos,
comienza a articular una incipiente rebelión fiscal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario