viernes, 25 de enero de 2013

Hacia una rebelión fiscal legal en Argentina: La soja como medio de pago, unidad de cuenta y reserva de valor


Hacia una rebelión fiscal legal en Argentina:
La soja como medio de pago, unidad de cuenta y reserva de valor

El sector agropecuario se encuentra ante una inédita sucesión de problemas: estancamiento en los precios internacionales, altos costos de producción, dólar oficial retrasado, retenciones y la permanente vocación política por parte del gobierno de debilitarlo y dividirlo. En este contexto, las últimas lluvias podrían ayudar a la cosecha de soja. Sin embargo, es necesario remarcar que el mas beneficiado por ello será el gobierno a través de las retenciones, ya que los productores apenas minimizarán las perdidas.

¿Cómo evitar que el gobierno se apropie de ese 35% de la producción, que sistemáticamente usa para debilitar y provocar al único sector que le ha hecho frente cuando era realmente difícil hacerlo? Utilizando la próxima cosecha de soja (y los pocos millones de toneladas retenidas) como moneda o medio de pago interno y así evitar la exacción inconstitucional del impuesto a las exportaciones o retenciones decretadas por el Ejecutivo, dado que ello es potestad del Poder Legislativo.

Así, los actores de la cadena agroindustrial pueden empezar a pensar mecanismos a través de lo cuales, principalmente en los pueblos pequeños y medianos del interior del país, se intercambien promesas de pago o pagarés (y se reciban las facturas correspondientes) respaldados en las toneladas de soja que (como un Banco Central diseminado) se guardan en los silos y silobolsas. Si bien suena de difícil implementación, es la manera en que las sociedades han pasado del trueque a una economía dineraria y, en parte, han evitado en el pasado la confiscación de sus ingresos por parte de los reyes. En el pasado, la sal, el cacao, el ganado, aceite de oliva, cerveza o vino, cobre, hierro, diamantes, anillos y cigarrillos han sido medio de pagos y reserva de valor, hasta llegar a los bienes mas eficientes, como la plata y, principalmente, el oro.

En la actualidad, el oro sigue siendo percibido por el mercado como un bien apropiado que cumple las condiciones de una buena moneda y por ello los Bancos Centrales respaldan su emisión monetaria en ese metal. Las características de un bien para ser masivamente aceptado como medio de pago, reserva de valor y unidad de cuenta son las siguientes: ser un bien escaso, ser fungible, ser fraccionable en partes iguales, ser fácilmente transportable, ser un bien imperecedero, homogéneo y poseer una utilidad en si mismo. Podemos ver que el oro posee todas las condiciones. A su vez, podemos ver que la soja, en menor medida, también las posee.

Así, para que un bien sea percibido como un buen medio de pago y reserva de valor debemos sumarle otra característica: la confianza que genera entre las personas. Esa confianza ha sido construida dentro del sector agropecuario a lo largo de 2008. Paso seguido, esa confianza puede ahora expresarse en la soja como medio de pago. A su vez, al expresar confianza en la soja como medio de pago, la sociedad civil del interior del país estará expresando su desconfianza en el gobierno como tenedor de un bien, el peso, y de una política, las retenciones, que van en contra del bien común.

Es importante notar que recurrir a la soja como medio de pago, reserva de valor y unidad de cuenta es una forma legal de rebelión fiscal. La medida es compleja pero tiene muchas ventajas: fortalece y profundiza la confianza entre las personas agredidas por el aparato estatal, evita otra forma de confiscación que supone el tipo de cambio oficial, evita el injusto e inconstitucional impuesto a las exportaciones y da impulso a una economía  que se ha desacelerado profundamente en los últimos meses. A su vez, como mencionamos, comienza a articular una incipiente rebelión fiscal.

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