¿Sólo los Kelpers son una comunidad
implantada?
El respetado senador por el oficialismo
Daniel Filmus ha sostenido que los kelpers no pueden ser reconocidos en su
deseo de autodeterminación por el Derecho Internacional porque no son un pueblo
originario. En cambio, han sido
implantados en las islas Malvinas por la corona británica.
Si Filmus estuviera en lo cierto,
millones de argentinos estaríamos en problemas. Mas aún, dado que Filmus se
encuentra en lo cierto, se sigue que millones de argentinos nos enfrentamos a
un gran problema: ¿Cuántos de “nosotros” podríamos ser definidos como un pueblo
originario? ¿No cabe para el continente la definición que hace Filmus sobre los
kelpers en Malvinas? Sólo restaría esperar que representantes de pueblos
originarios (los pocos que quedan, después de la masacre que nuestros blancos
antepasados, entre los que se destaca el General Roca, realizara en su campaña
al desierto) llevaran a cabo con nosotros el mismo razonamiento que Filmus, y
la mayoría de los argentinos, ha hecho para con los kelpers.
¿Cuales serían las diferencias? En
principio, solamente cuantitativas. Básicamente, la diferencia principal es
cuantitativa porque “nosotros” somos muchos (42 millones) y los kelpers son muy
pocos, 3.000 personas. Por su parte, “nosotros” somos muchos y los
descendientes de los pueblos originarios relativamente pocos, precisamente,
porque nuestros antepasados europeos los asesinaron.
Sin embargo, es fácil ver que la cuestión
es esencialmente cualitativa y cuando se abra la caja de pandora de la legítima
demanda de los pueblos originarios, nos encontraremos en la misma situación
cualitativa en que hemos puesto a los kelpers. Si lográramos que los kelpers “regresen”
a Gran Bretaña, ¿Aceptaríamos el lógico pedido de los descendientes de los
pueblos originarios de “regresar” a España, Italia, Francia, Armenia o Israel? Obviamente,
no lo aceptaríamos. ¿Por qué no? ¿Cuáles serían los argumentos para ello? ¿Cómo
se diferenciarían de los argumentos de los kelpers?
Porque, como sostiene el documento
firmado por 17 intelectuales, somos, obviamente, sujetos de derecho. Es decir, si nuestros
antepasados en la conquista violaron los derechos de los pueblos originarios,
eso hace a sus descendientes legítimos demandantes de reparación, pero no
supone necesariamente que los descendientes del General Roca deban volver a
Europa. La legítima demanda de los pueblos originarios debiera ser contra el
Estado argentino y no contra los descendientes de Roca. La misma lógica sirve
para Malvinas pero con una importante salvedad: cuando los ingleses usurparon
Malvinas en 1833, no había allí pueblos originarios sino otro pueblo o
comunidad implantada, que sostenía que su legítima autoridad emanaba de Buenos
Aires, es decir, de otra comunidad implantada. Mas aún, a diferencia del
General Roca, cuando los ingleses usurparon Malvinas no masacraron a quienes
estaban allí, por lo que, siguiendo esta lógica, si los Kelpers se encontraran
en problemas en el futuro cercano con la comunidad internacional,
“nosotros” podríamos enfrentar problemas
muchos mas grandes en el mediano plazo, tanto por usurpadores como por
genocidas. Mas allá de la grosera y previsible demagogia del gobierno nacional,
parece ser ésta una buena oportunidad para comenzar a dejar a esas 3.000
personas en paz.