miércoles, 31 de julio de 2013

¿Por qué es necesario un nuevo Bretton Woods? Parte I



En la última década hemos asistido a un debate repetido sobre la conveniencia de reinventar las instituciones de Bretton Woods. Hay un consenso bastante amplio sobre el fin de ciclo que enfrenta el Fondo Monetario Internacional en un mundo que ha cambiado radicalmente desde aquel encuentro en un paraje olvidado en el Estado de New Hampshire, en  el verano boreal de 1944[1].
Sin embargo, siguiendo al Profesor Kurt Schuler, podemos preguntarnos si la relevancia que ha adquirido en el debate la necesidad de reinventar Bretton Woods no estaría reflejando el grado  de influencia que han tenido desde esa fecha instituciones como  el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Sostiene Schuler que nadie debate sobre la conveniencia de reinventar el Tratado de Viena o el Tratado de Versailles ya que, por distintas razones, se encuentran obsoletos como conceptos o han fracasado en sus objetivos. En cambio, se discute sobre la necesidad de reformular Bretton Woods porque, al menos en un punto, esas instituciones formaron parte de un mundo que ha prosperado como nunca en la historia humana[2]. Es que cualquiera sea  el método utilizado, desde el extraordinario trabajo de Magnus Anderson hasta la serie histórica aparecida en “Economic Growth in the 90s: Learning from a decade of reform”, publicada por el Banco Mundial, es claro que desde el fin de la Segunda Guerra hasta el presente la economía mundial ha experimentado el mayor período de prosperidad  de la historia[3].
Paso seguido, la necesidad de reinventar Bretton Woods debiese pensarse desde una doble perspectiva. Por un lado, la mencionada inédita prosperidad que la condición humana, particularmente en Occidente, ha experimentado en los últimos 65 años. Por otro lado, la creencia, en un punto casi certeza, sobre la pronta llegada de un epílogo para la supremacía occidental.
Como es ampliamente reconocido, la economía china superará en tamaño a la economía de EE.UU. en 2018, es decir, en 5 años. Paso seguido, ¿Cuál es la dinámica global que ocupa en parte el lugar que el sistema de Bretton Woods ha debido dejar? Por ejemplo, ese lugar ha sido ocupado en la última década por la compleja relación comercial entre EE.UU. y China. Esta relación tiene una lógica conocida: la rica economía americana compra mucho más de lo que le vende a China y ello no repercute en una apreciación cambiaria de la moneda de este país. Ello no sucede porque el gobierno chino lo impide. ¿Cómo lo hace? A través de la compra de bonos emitido por el Tesoro de los EE.UU.
Paso seguido, esta dinámica que se ha consolidado en la última década ha generado duros cruces entre las partes  y conflictos de diversa índole. Particularmente en el debate doméstico en EE.UU., los exportadores se quejan de la debilidad de la moneda china y algunos industriales protestan por la desleal competencia. Sin embargo, ¿Es ello así o es sólo una parte de la explicación? Más aún, ¿En qué medida la compleja e inédita relación comercial y financiera entre EE.UU. y China no ha devenido en una política espontánea que reinventa Bretton Woods?
Analicemos el problema en sus diversas partes. Primero, ¿Es un problema para EE.UU. que China financie a tasas cercanas a cero su alto nivel de vida? No necesariamente. Segundo, ¿Es un problema para China comprar deuda de su principal socio comercial en la moneda que emite ese socio y a tasas de interés cercanas a cero? No. ¿Por qué no sería un problema? Porque el Banco Central Chino no está comprando sólo deuda (consumo presente) sino, principalmente, productividad futura de los EE.UU. Es decir, al permitirle endeudarse a tasas cercanas a cero  China está financiando las futuras innovaciones en la economía de los EE.UU. que le permitirán, a esa sociedad que se mantendrá en la abundancia, proseguir comprando bienes y servicios producidos en China.
Paso seguido, aquello que es percibido como un problema estructural de la economía mundial es en realidad una relación comercial y financiera que supone que un actor financia la compra de otro actor a tasas bajas y en un papel denominado en la moneda del deudor. El acreedor lo hace porque cree que el deudor ha sido lo suficientemente innovador en el pasado como para hacer frente a sus deudas en el futuro. Es claro que esa relación no es en si mismo problemática. No hay en esa dinámica un riesgo.
¿Dónde se encontraría el riesgo? Obviamente, en la eventualidad que China no esté comprando deuda (consumo presente) y productividad futura sino sólo deuda, es decir, sólo consumo presente. Paso seguido, la pregunta debe dirigirse en cambio a investigar el estado de la innovación en EE.UU. ¿Cuál es el estado de la innovación en los EE.UU? Dicho de otra manera: ¿Es el estado de la innovación mayor, similar o menor al supuesto proceso de deterioro del Estado de Derecho? Recurramos a indicadores comparados
EE.UU. y China: Algunos indicadores comparados
Publicaciones Científicas, Patentes de Residentes e Índice de Estado de Derecho
Publicaciones Científicas

Patentes



Indice de Estado de Derecho
Year
EE.UU.
China

Year
EE.UU.
China

Year
EE.UU.
China
1985
137701
1943

1985
63663
4065

1996
92.3
36.4
1990
191556
6302

1990
90643
5832

2000
93.3
35.9
1995
193333
9061

1995
123987
10011

2002
92.8
39.2
2000
192701
18498

2000
164795
25346

2005
91.4
38.3
2005
205564
41603

2005
207878
93485

2008
91.8
44.2
2009
208601
74019

2011
247750
415829

2011
91.1
41.8

Fuente: Banco Mundial. Scientific and technical journal articles refer to the number of scientific and engineering articles published in the following fields: physics, biology, chemistry, mathematics, clinical medicine, biomedical research, engineering and technology, and earth and space sciences.  Patent applications are worldwide patent applications filed through the Patent Cooperation Treaty procedure or with a national patent office for exclusive rights for an invention--a product or process that provides a new way of doing something or offers a new technical solution to a problem. A patent provides protection for the invention to the owner of the patent for a limited period, generally 20 years.

La pregunta principal que desarrollaremos en la segunda parte es si China ha estado financiando fundamentalmente el consumo presente o, fundamentalmente, la innovación futura de los EE.UU.




[1] Ben Steil ha escrito un gran trabajo sobre el tema: “The Battle of Bretton Woods: John Maynard Keynes, Harry Dexter White and the MAking of a New World Order”, publicado por el Council of Foreign Relations en 2013.
[3] Ver e trabajo de Anderson en http://www.theworldeconomy.org/ y la serie histórica del Banco Mundial en  http://www1.worldbank.org/prem/lessons1990s/chaps/01-Ch01.pdf.

viernes, 22 de febrero de 2013

Dólar paralelo y “devaluación exitosa” en Argentina


Es inconveniente la existencia de mas de un precio del dólar. En un sentido, refleja al extremo la distorsión de los precios relativos. Sin embargo, la discusión sobre el dólar paralelo o blue como problema ha hecho parecer absurda una cuestión que, por el contrario, es relevante: ¿Podría pensarse la brecha cambiaria entre dólar oficial y paralelo (que llegó a 48% el 18 de enero) como una devaluación exitosa que, en realidad, supone un second best o segundo mejor?

La economía argentina ha perdido la competitividad ganada después de la brutal y exitosa devaluación post 2001. Sin embargo, desde 2007 en adelante la creciente inflación y la creciente presión impositiva han hecho perder  esa competitividad a la economía argentina. Las decisiones tomadas desde el gobierno desde esa fecha han sido ineficientes. En el extremo de la ineficiencia figura la manipulación del índice de precios elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Sin embargo, una vez que el gobierno ha hundido el costo de la ineficiencia, aparece la creciente brecha entre dólar oficial y paralelo como una manera de devaluar sin profundizar las presiones inflacionarias. Este ultimo punto es relevante porque se puede confundir el alto índice de inflación real (20-25%) como una prueba del fracaso de la política cambiaria cuando en realidad la permanencia de la inflación en ese ratio reflejaría lo contrario, en tanto la inflación anual en torno del 25% se sucede desde 2008, pero ha sido en este ultimo año donde el precio paralelo del dólar ha sincerado ese numero de inflación real.

Por ende, si se ha repetido desde 2008 una tasa de inflación anual de 25% en un escenario de devaluación del dólar de 10% y, en el último año, se ha consolidado un nuevo escenario donde la inflación permanece en torno al 25% pero donde surge un dólar paralelo que se devalúa mas de un 25%, luego, estaríamos en presencia de una devaluación exitosa aun en un escenario donde la inflación real continuara siendo en torno al 25%.

Paso seguido, es posible que la existencia de una alta tasa de inflación nos haga perder de vista la existencia de un segundo mejor: un escenario donde la inflación permanece igual de alta pero donde la devaluación del tipo de cambio se ha profundizado. Si el gobierno lograra que el precio del dólar paralelo no se trasladace a los precios internos, estaríamos en presencia de una “devaluación exitosa” (es decir, de una ganancia de competitividad de la economía) aun frente a una tasa de inflación del 25% anual.

Mas aún, incluso en un escenario donde la inflación pasara de 25 a 30% en el corriente año (2013) podría argumentarse (repetimos, como segundo mejor) que ha acontecido una “devaluación exitosa” en tanto la depreciación del peso frente al dólar pasó de 10% anual a 35-45% en un escenario donde la inflación pasaría de 25 a 30%.

viernes, 25 de enero de 2013

Hacia una rebelión fiscal legal en Argentina: La soja como medio de pago, unidad de cuenta y reserva de valor


Hacia una rebelión fiscal legal en Argentina:
La soja como medio de pago, unidad de cuenta y reserva de valor

El sector agropecuario se encuentra ante una inédita sucesión de problemas: estancamiento en los precios internacionales, altos costos de producción, dólar oficial retrasado, retenciones y la permanente vocación política por parte del gobierno de debilitarlo y dividirlo. En este contexto, las últimas lluvias podrían ayudar a la cosecha de soja. Sin embargo, es necesario remarcar que el mas beneficiado por ello será el gobierno a través de las retenciones, ya que los productores apenas minimizarán las perdidas.

¿Cómo evitar que el gobierno se apropie de ese 35% de la producción, que sistemáticamente usa para debilitar y provocar al único sector que le ha hecho frente cuando era realmente difícil hacerlo? Utilizando la próxima cosecha de soja (y los pocos millones de toneladas retenidas) como moneda o medio de pago interno y así evitar la exacción inconstitucional del impuesto a las exportaciones o retenciones decretadas por el Ejecutivo, dado que ello es potestad del Poder Legislativo.

Así, los actores de la cadena agroindustrial pueden empezar a pensar mecanismos a través de lo cuales, principalmente en los pueblos pequeños y medianos del interior del país, se intercambien promesas de pago o pagarés (y se reciban las facturas correspondientes) respaldados en las toneladas de soja que (como un Banco Central diseminado) se guardan en los silos y silobolsas. Si bien suena de difícil implementación, es la manera en que las sociedades han pasado del trueque a una economía dineraria y, en parte, han evitado en el pasado la confiscación de sus ingresos por parte de los reyes. En el pasado, la sal, el cacao, el ganado, aceite de oliva, cerveza o vino, cobre, hierro, diamantes, anillos y cigarrillos han sido medio de pagos y reserva de valor, hasta llegar a los bienes mas eficientes, como la plata y, principalmente, el oro.

En la actualidad, el oro sigue siendo percibido por el mercado como un bien apropiado que cumple las condiciones de una buena moneda y por ello los Bancos Centrales respaldan su emisión monetaria en ese metal. Las características de un bien para ser masivamente aceptado como medio de pago, reserva de valor y unidad de cuenta son las siguientes: ser un bien escaso, ser fungible, ser fraccionable en partes iguales, ser fácilmente transportable, ser un bien imperecedero, homogéneo y poseer una utilidad en si mismo. Podemos ver que el oro posee todas las condiciones. A su vez, podemos ver que la soja, en menor medida, también las posee.

Así, para que un bien sea percibido como un buen medio de pago y reserva de valor debemos sumarle otra característica: la confianza que genera entre las personas. Esa confianza ha sido construida dentro del sector agropecuario a lo largo de 2008. Paso seguido, esa confianza puede ahora expresarse en la soja como medio de pago. A su vez, al expresar confianza en la soja como medio de pago, la sociedad civil del interior del país estará expresando su desconfianza en el gobierno como tenedor de un bien, el peso, y de una política, las retenciones, que van en contra del bien común.

Es importante notar que recurrir a la soja como medio de pago, reserva de valor y unidad de cuenta es una forma legal de rebelión fiscal. La medida es compleja pero tiene muchas ventajas: fortalece y profundiza la confianza entre las personas agredidas por el aparato estatal, evita otra forma de confiscación que supone el tipo de cambio oficial, evita el injusto e inconstitucional impuesto a las exportaciones y da impulso a una economía  que se ha desacelerado profundamente en los últimos meses. A su vez, como mencionamos, comienza a articular una incipiente rebelión fiscal.

viernes, 17 de agosto de 2012



Reseña de “Redentores. Ideas y poder en América Latina”

Autor: Enrique Krauze. Editorial Debate, 2011. 583 páginas.

Enrique Krauze divide su trabajo en 3 etapas claramente definidas: primero, una rigurosa introducción al pensamiento americano a partir de la talentosa pluma de Martí, Vasconcelos, Rodó y Mariátegui. En segundo lugar, una profunda descripción de la obra de Octavio Paz. Por último, un pobre análisis de la compleja dinámica posterior, donde no se termina de comprender cuál es el real papel de Evita, el Che Guevara o el Coronel Hugo Chávez en la interrelación entre ideas y política. 

Martí, Vasconcelos y Mariátegui reflejan para Krauze la idea del caudillo coherente en su vocación antiimperialista. Sin embargo, en su construcción de una América Latina que, para ser, debe oponerse a los Estados Unidos, esa coherencia se transforma en un extremismo que puede terminar, como en el caso de Vasconcelos, en una forma de fascismo. En esa misma lógica, el coherente marxismo de Mariátegui se pierde en el intento de construir un antiimperialismo que no encuentra matices y sutilezas.

La biografía de José Enrique Rodó supone una buena introducción para un intelectual devenido político en el comienzo del siglo XX. El “sentimiento trágico de la vida” que expresa Rodó es apenas introducido por Krauze. El melancólico existir de un notable hombre de ideas en una época seminal en el Rio de la Plata es marginalmente mencionado. Sin embargo, Krauze acierta al presentar a Rodó como un pensador clave para entender la dicotomía entre las dos américas que inunda y empobrece al siglo XX americano. Rodó es uno de los primeros en sistematizar aquella mala idea que contrapone éxito individual a fracaso colectivo y que liga solidaridad con la pobreza y falta de solidaridad con la riqueza. Para Rodó, había “ una incompatibilidad esencial entre “nosotros”, modestos pero “espirituales”, y “ellos”, poderosos pero vacíos” (página 239). Esta idea es central para la relación entre Estados Unidos y América Latina en el siglo XX. Sin embargo, a lo largo del libro no se menciona la principal manera de refutar esa superficial oposición “Norte-Sur”: reflejar la ausencia de una América Latina y remarcar la presencia de distintas y a veces opuestas formas de vida en aquellos países que forman una región que, en principio, sólo ha tenido en común alguna forma de sub-desarrollo.

Krauze refleja con notable rigurosidad el periplo existencial e ideológico de Octavio Paz. Particularmente remarcable es su descripción de la aparición de la revista “Plural” en 1971 (“Vuelta” sucede a “Plural” en 1976 y a ésta la sucede en 1999 la notable “Letras Libres” (http://www.letraslibres.com/) ). Es allí donde Paz se encuentra mas incomprendido y solo y el libro profundiza magníficamente en una tragedia existencial personal pero que, a la vez, reflejaba una tragedia conceptual: los intelectuales de la época no comprendían que la crítica al poder y a la revolución realizada desde la izquierda no era una traición sino una necesaria búsqueda de renovarse para no morir. Paz lo comprende en ese momento, cuando era difícil, y Krauze lo describe hoy, cuando es mas sencillo.

Sin embargo, su descripción de la vida e influencia de otros personajes es pobre. Por ejemplo, en ningún momento queda claro por qué el autor reseña al Che Guevara y a Evita, quienes, mas allá de simpatías y antipatías, son personajes menores del pensamiento y la política en la historia contemporánea de América Latina. La relevancia del Che es simbólica. Su larga cabellera y barba, sumado a la épica de su muerte, ha generado y generará devoción en una juventud que busca líderes coherentes para imitar. Sin embargo, el real caudal político y analítico del Che es limitado. Sus escritos y doctrinas son, por lo menos, polémicas y su decisiones militares han sido mediocres. Su muerte ha sido valiente y épica. Pero eso no lo hace menos limitado como líder político e intelectual.

La elección de Evita como personaje relevante de América Latina es aún mas cuestionable. Su influencia política era real pero secundaria. Su capacidad de oratoria era alta pero sus cualidades intelectuales eran muy inferiores a las de Perón. Nuevamente, la muerte a una edad temprana genera en el imaginario colectivo una especie de culpa que algunas sociedades canalizan a través de la invención de virtudes que el personaje no tenía, ni podía tener, en vida. Si bien Evita comparte con Perón una vocación autoritaria que pervive en el movimiento político que aún hoy sigue gobernando Argentina, no queda claro que su autoritarismo sea en si mismo un (dis) valor político lo suficientemente importante para elevarla por encima de un umbral ambiguo, que Krauze pretende articular entre ideas y política. Probablemente allí radique uno de las principales limitaciones del libro: al autor intenta en forma poco sistemática construir una lógica discursiva y cronológica entre la vida intelectual y la vida política, pero muy pocas veces logra hacerlo. Tal vez porque para ello la elección de los personajes no ha sido la adecuada. En ese sentido, quienes mas desentonan son el Che y Evita.

No es claro por qué, en un libro que intenta dilucidar el papel e influencia de determinados caudillos políticos e intelectuales, se encuentra presente Evita y ausente Perón. En todo caso, si la elección buscaba un intelectual argentino influyente en la arena política, el autor debiese haber elegido al genial John William Cooke, un intelectual devenido político, cuyo intercambio epistolar con el Perón exiliado (1955-1972) fue de alto nivel político y conceptual (en 2009 el ex secretario de Derechos Humanos de Argentina, Eduardo Luis Duhalde, compiló las cartas de esa notable correspondencia). Si, en cambio, la necesidad llevaba a buscar un argentino de letras influyente, la presencia del conservador y elitista Borges se hacía necesaria. En la extraña elección de Evita y el Che, Krauze refleja que buscaba ligar la decadencia de América Latina a la izquierda populista y no al populismo autoritario, independientemente fuera éste de derecha o izquierda.

En esta misma lógica no se termina de entender la ausencia de Perón, Vargas y Cárdenas. Los tres hombres representan a los tres “principales” países de la región y han sido claves para entender la construcción de una dinámica política basada en la lógica amigo-enemigo. El populismo ha vuelto a ser en la actualidad una concepción política discutible y contestable, principalmente a partir del programa de investigación del sociólogo argentino Ernesto Laclau (particularmente, ver “Política e ideología en la teoría marxista: capitalismo, fascismo, populismo”, Siglo XXI, 1978; “Hegemonía y estrategia socialista”, Fondo de Cultura Económica, 1985; y “La razón populista”, Fondo de Cultura Económica, 2005). Sin embargo, mas allá de su renovado intento de erigirse en una alternativa discursiva y analítica válida, la raíz populista de estos tres líderes posee en la América Latina contemporánea una dimensión autoritaria. Así, es difícil comprender la ausencia de estos tres grandes hombres políticos en un libro que intenta describir parte de un derrotero donde las personas se encuentran por encima de las reglas.

Por otro lado, las descripciones de Vargas llosa y García Márquez son acertadas. Aunque, mas aún en el caso de Vargas llosa, era posible esperar datos y hecho mas relevadores del personaje. Por ejemplo, el recorrido político de Vargas Llosa no es relatado en toda su dimensión. Es que el político Vargas llosa no muere en la derrota de 1990 con Fujimori sino que vive simbólicamente en el realismo mágico del derrotero posterior. Krauze no debió haber pasado la oportunidad de ligar la biografía del autor de “La Fiesta del Chivo” al desarrollo político que llevó al Perú a su última elección presidencial, donde la hija de Fujimori encarnaba un fascismo de derecha que enfrentaba al fascismo de izquierda de Ollanta Humala, quién insólitamente fue apoyado por Vargas llosa en la segunda vuelta electoral. Semejante hito no podía estar ajeno a una biografía que intenta describir el papel de determinados redentores en la compleja realidad de América Latina.

Vargas llosa y García Márquez no son sólo hombres de letras sino hombres políticos. Krauze demuestra que la coherencia de García Márquez es en realidad dogmatismo. Mas aún, demuestra que el dogmatismo de García Márquez devino en servilismo y conveniencia personal. Para Krauze, Gabo no ha sido comunista sino castrista. Así, su castrismo ha limitado su real militancia hasta hacerla casi desaparecer con la lenta agonía de Fidel.

En cambio, el derrotero intelectual de Vargas llosa no es interpretado como una sucesión de inconsistencias sino como un noble reflejo de aquella persona que sabe asumir sus errores y cambiar y, en ese proceso, quedarse sólo. Octavio Paz y Mario Vargas Llosa tienen allí un punto de encuentro. Sin embargo, es claro que el laberinto de la soledad que atraviesan ambos son esencialmente distintos: mientras Paz recorre su laberinto siempre cercano al partido, el PRI, es decir, siempre cercano al Estado, Vargas llosa recorre su solitario laberinto alejado, de alguna forma, del poder. En ese, y en otros sentidos, la coherencia de Vargas llosa asoma como un caso singular en la tortuosa intelectualidad latinoamericana contemporánea. Vargas llosa representa un intelectual comprometido que, aún en su notable incapacidad política-partidaria, ha tenido el coraje de denunciar el neoliberalismo cuanto éste se encontraba acompañado de corrupción y violencia, como efectivamente ha sido el caso del fujimorismo desde el principio.

Al final de cada capítulo el autor detalla la bibliografía utilizada. Es muy amplia y profunda en el caso de Octavio Paz, discreta en Vargas Llosa y García Márquez y pobre en los casos de Evita, el Che Guevara y Hugo Chávez. El historiador Enrique Krauze realiza un original intento. Aspira a interpretar la crisis y decadencia de América Latina en clave de sus principales personajes pero sólo lo logra parcialmente.

sábado, 5 de mayo de 2012

Autodeterminación, Islas Georgias y Sándwich del Sur


Autodeterminación, Islas Georgias  y Sándwich del Sur

En el pasado reciente, Malvinas ha sido una atractiva causa para una dictadura. Hoy, es una atractiva causa para una democracia de baja intensidad. Mientras los procesos populistas han tenido en Laclau y sus seguidores sofisticados defensores contemporáneos, el incipiente proceso autoritario que vive Argentina tiene en Laclau, consecuentemente, una atractiva coartada para simular un proyecto populista cuando, en realidad, se consolida un proyecto autoritario.

Ante la creciente agresión del Estado y gran parte de la sociedad argentina, la pequeña y pacífica comunidad que vive en Malvinas hace 180 años ha podido en parte defenderse argumentado una obviedad para todos, salvo para la degradada clase dirigente argentina: en tanto habitantes de un espacio geográfico por 180 años, son sujetos legítimos de derecho.

El Reino Unido se ha valido y excusado detrás de esa legítima demanda de los habitantes de Malvinas. Sin embargo, el derecho a la autodeterminación corre para Malvinas pero no para las Georgias y Sandwich del Sur, ya que en éstas no hay, ni ha habido nunca, una comunidad que pueda definirse como arraigada en el lugar. Paso seguido, Georgias y Sándwich del Sur aparecen como una oportunidad para que el patético nacionalismo argentino puede saciar su confusión entre tierra, soberanía y orgullo. Basándose en el argumento británico sobre la libre determinación de los isleños para discutir soberanía, la ausencia de habitantes en las Islas Georgias y Sándwich del Sur haría posible defender el bendito derecho argentino a esa parte del “desgarrado territorio nacional”.

Por otro lado, sería una buena oportunidad para encontrar un punto de encuentro entre los dos Estados involucrados y la comunidad de Malvinas. Al ceder los derechos soberanos sobre Georgias y Sandwich de Sur, el Reino Unido comenzaría a asumir una inexorable realidad: los tiempos han cambiado y la Corona ya no es lo que era. Por su parte, el gobierno argentino podría ocupar un espacio en el atlántico sur y, al hacerlo, comprendería (si tuviera la suficiente buena fe para ello) que una cosa es ocupar un lugar inhabitado y otra, diametralmente distinta, es aspirar a ocupar un lugar donde reside una comunidad, por mas chica que ésta sea y por mas cerca que ese lugar se encuentre del propio territorio. Por último, los habitantes de Malvinas podrían ver en ello una oportunidad para dejar de ser, al menos por un tiempo, el centro de atención de un gobierno crecientemente autoritario.


viernes, 23 de marzo de 2012

Introducción al concepto de “América Latina” (Segunda Parte)


Introducción al concepto de “América Latina” (Segunda Parte)

El problema no es que América Latina tiene una gran empatía conjunta en el sub desarrollo, el problema es que solo tenemos esa gran empatía conjunta.

En parte, la construcción de América Latina en relación a otro u otros es inexorable. Por un lado, la región fue colonizada por potencias europeas en los siglos XV y XVI y desde allí vienen las lenguas, ideas y creencias predominantes. No se entiende el concepto analítico y geopolítico de América Latina por fuera de Europa. América “latina” es principalmente una creación simbólica europea. Eso no es en si mismo algo bueno ni malo. Simplemente es. Así, la complejidad de la región se construye a partir de una ascendencia política europea, una población originaria influyente y una creciente oposición contra una gran idea y proyecto: Los Estados Unidos de Norteamérica. Para comenzar a entender la idea de América latina, primero debemos hacer hincapié en sus orígenes histórico-políticos (Europa) y en su origen simbólico (oposición a EE.UU.).

Esta es una definición delicada porque, en principio, Europa ha sido y es en si misma y EE.UU. no ha sido ni es en oposición a América latina. Es decir, EE.UU. no ha necesitado de la existencia de América latina para construir una idea y proyecto propio. Ciertamente, si ha necesitado de al menos una gran tradición europea (el individualismo británico) desde donde construir, a partir de los Founding Fathers, una gran nación o, al menos, una gran idea propia.

Por el contrario, América Latina se ha construido y, mas aún, continúa construyéndose, en oposición a otros. Como mencionamos, el problema de la construcción como oposición no es necesariamente una “carencia originaria”. En cambio, el problema es la incapacidad de construir enriquecedores y sofisticados lugares comunes mas allá de esa oposición. Incluso en la inédita coyuntura que ha atravesado la región desde el principio del siglo XXI, las nuevas corrientes ideológico-políticas que han surgido (como el chavismo, el indigenismo en Bolivia, el neo peronismo en argentina o, mas recientemente, un neo nacionalismo en Perú) siguen teniendo como razón de ser la construcción de un “relato” donde el otro, particularmente EE.UU., es responsable de casi todo lo malo que sucede. En otros palabras, lo nuevo en América latina expresa tantos problemas como lo viejo.

Así, como primera síntesis mencionamos que el problema de América latina no es en si mismo la imposibilidad o dificultad de definir en común una región demasiado diferente y diversa. El problema, que ha transformado a la región en un puercoespín de mala calidad, es que esa rica diversidad ha encontrado, como común modus vivendi, las (compartidas) carencias. Es decir, lo complejidad de la región suponía en si mismo una pregunta como inconveniente: ¿no habrá sido innecesario construir un relato común desde tanta diversidad? Mas aún, una vez construido, ¿No habrá sido inconveniente armonizar un relato casi únicamente en torno a las carencias (pobreza) o en torno a aquello que no hemos sido y que no somos, supuestamente por responsabilidad de otro?

Estas dos premisas concatenadas, si fueran ciertas, nos posicionarían en un delicado lugar: el estudio de la historia de América latina sería, en ese caso, el estudio de un fracaso o, al menos, de un problema. Paso seguido, es posible que una definición plausible de América latina sea esa: como lugar común, América Latina es un problema. Sin embargo, desde esta traumática implicancia surge una oportunidad: construir el relato pensando no necesariamente soluciones pero si, al menos, intentando acotar el problema.